Ismael García C.
América Latina debe soportar los abusos de los
países desarrollados que imponen su sistema económico globalizante y su expansionismo
geopolítico desde su supremacía militar que nos mantiene en la dependencia, limita
el crecimiento y la sostenibilidad. Además, desde
marzo de 2020 la pandemia del coronavirus afectó a la población salvadoreña, lo que requirió respuestas prontas y efectivas
ante la emergencia sanitaria, dar seguridad a la
población, enfrentar la corrupción y reducir la brecha digital.
A los humanos nos condiciona la herencia genética,
las condiciones de nuestra familia, su manera de relacionarse con la realidad,
el contexto geopolítico y la procedencia. Pensar en el futuro implica tener
expectativas y proyecciones, prepararse para lo desconocido, con riesgo e
incertidumbre hacia tiempos venideros, oportunidades para las cuales hay que innovarse, pues el resultado dependerá de nuestro ingenio, de la colaboración, el interés
social y nuestro propio pensar, nuestras decisiones y accionar.
La tecnología posibilita
comunicación a gran distancia y a bajo coste, pero debe llegar a
masas poblacionales sin acceso a la información ni a la educación y fundamentarse
en la verdad, integrar visiones, áreas y niveles de responsabilidad. Asumir los
desafíos de mejora personal, profesional y organizacional, requiere de planes operativos innovadores, de una buena gestión y desempeño. Se enseña y se aprende aun
en tiempos turbulentos, en la familia, en el sistema educativo y en el ámbito
laboral.
La diversidad, la disrupción, la inclusión y la
tecnología son claves en un entorno social
complejo e incierto. Los
colectivos interesados en explorar lo desconocido, en buscar y conocer la
verdad, analizan los movimientos sociales, económicos y políticos aprovechan
los resultados para mejorar la sociedad y cambian internamente. Los paradigmas
de liderazgo y trabajo en equipo involucran el trabajo creativo y disruptivo, la
adaptabilidad y agilidad en la innovación, y conectan personas y tecnología.
La gestión
y la metodología deben considerar las tendencias de futuro; incluir las áreas y
actividades más relevantes para una organización, reducir los miedos, la
incomodidad y la resistencia al cambio, a las divergencias, para buscar la
diversidad y las diferencias en ideas y pensamientos en los equipos, enfoques y
formas de pensar que incluyan asumir riesgos y la experimentación activa, un
aprendizaje rápido guiado por los educadores, que reduzca el impacto de los errores.
Se requiere
líderes con convicción que guíen a las personas y los equipos a ser receptivos,
empáticos; asertivos; que modelen equilibrio emocional; que enseñen a desaprender
y aprender a innovar; que sepan
ser, pensar y hacer; imaginativos y creativos, optimistas y audaces; sensibles,
responsables, colaboradores; con capacidad de asombro y curiosos hacia el
futuro; confiables, que asuman riesgos con inteligencia, que aprendan de los
errores y los fracasos; con determinación y coraje; previsores y planificadores
de escenarios, que controlen la ejecución de los planes y los riesgos.
Algunas
de las competencias clave de enseñanza innovadora son: diseño, creatividad, percibir
con asombro y pensamiento crítico para dar sentido; planes
estratégicos y metodologías operativas; teorizar sobre la práctica; escucha
profunda, cuestionar y debatir para replantear, conocer la cultura y actualizarse,
interés por aprender haciendo, entrenarse en protocolos de actuación, crear y
captar valor oculto en un mundo complejo y cambiante; sistematizar estrategias para
que la gente se empodere, energizar, catalizar, dinamizar, aprovechar la
receptividad al cambio y la incertidumbre.
Una gestión
flexible implica estrategias de trabajo con una metodología colaborativa,
transformadora y eficaz de las condiciones ambientales, económicas, y sociales;
valora lo cotidiano, el talento humano y su tolerancia activa; lleva a la
sostenibilidad; identifica fallas y posibles soluciones, necesidades y
expectativas de cada grupo humano, amenazas y oportunidades; promueve el
beneficio general; orienta decisiones, agiliza procesos y ejecución, allana las
relaciones; promueve diversidad e inclusión social.
Cabe esperar que al talento humano docente -que ha
si uno de los más expuestos y presionados a trabajar y actualizarse en tiempos
de crisis-, se le respeten también sus derechos de condiciones equitativas para
ingresar a plazas en el sistema educativo, contar con mejores condiciones para
realizar su labor –además de actualizaciones y de equipos informáticos-, y
mejoras salariales, así como tener pensiones dignas al llegar el momento de su
retiro.
Al magisterio salvadoreño en su día.
Santa Ana, El
Salvador, 22 de junio de 2023
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Jorge Ismael García Corleto
es escritor, preside la Asociación GATO para las Artes y la Cultura, licenciado
en Psicología, licenciado en Educación, master en Educación Superior; candidato
a Doctor en Educación. Trabaja en el Centro Escolar INSA y en la Universidad de
El Salvador.
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