La mayor parte del año lectivo 2020 el proceso enseñanza-aprendizaje se continuó en modalidad virtual, en circunstancias muy difíciles, y hay quienes dudan que se garantice calidad educativa, asimismo respecto a quiénes resuelven tareas y pruebas, pues se puede copiar o resolver los ejercicios automáticamente. No se trata de enseñar y explorar la memoria de contenidos conceptuales sino de evaluar procesos y resultados. Además, se debe propiciar una evaluación correcta y con equidad. Francia fue uno de los primeros países en considerar la promoción automática, y esto genera expectativas. Pero desde lo académico y lo ético no se puede desdeñar el esfuerzo de quienes han aprendido con apoyo virtual. Una buena evaluación garantiza la calidad del aprendizaje y el contexto obliga a evaluar con nuevos mecanismos, nuevas herramientas y con mayor sensibilidad humana.
Se requiere capacitar al estudiante para enfrentar muchas situaciones, que haga transferencia positiva del aprendizaje aplicando lo aprendido en un contexto nuevo y diferente. El distanciamiento físico afecta la socialización del aprendizaje, y el acceso a la tecnología es limitado. Pero se debe seguir aplicando los principios pedagógicos, que el estudiante utilice los contenidos para resolver problemas en un recorrido de aprendizaje documentable, que facilite observar, corregir y redirigir.
Un modelo de enseñanza enfocado al desempeño, al saber hacer y aplicar, garantiza un aprendizaje transferible a otros contextos, por lo que se requerirá demostración con recursos al alcance.
El proceso de enseñanza-aprendizaje debe ofrecer evaluación continua de carácter formativo retroalimentando al estudiante, posibilitando que valore conscientemente y críticamente su propio desempeño hacia la metacognición y la autocorrección contando con sugerencias claras sobre cómo mejorar. Se plantea previamente unos criterios de evaluación pertinentes, claros, relevantes, explícitos y públicos.
En la retroalimentación pueden participar los pares. La evaluación válida, confiable, objetiva, auténtica, planificada minuciosamente para evidenciar lo que el estudiante sabe, piensa, cree o hace, y tareas alcanzables, muestra su nivel de avance y sus necesidades de aprendizaje. Además, un buen sistema de evaluación permite evaluarse como institución, desde una planeación estratégica vinculada con el currículo, que permite monitoreo y ajuste frecuente.
Un proceso evaluativo presencial o virtual, debe tener cuatro grandes líneas de acción:
Investigaciones y trabajos escritos: evalúan la escritura, la búsqueda de información y otros.
Trabajos en equipo: evalúan la colaboración, la resolución de problemas en grupo, la actitud y otros.
Exposición: evalúa comunicación verbal y no verbal, lenguaje, precisión conceptual y/o disciplinar.
Pruebas estandarizadas: evalúan lectura, resolución de problemas, competencias y otros.
Existen diversos medios para evaluar a distancia o en línea, algunos de ellos son:
El chat, la audioconferencia y la videoconferencia se pueden evaluar y retroalimentar en el momento, mientras los foros, el e mail o los blogs son asincrónicos y la evaluación puede diferirse.
Algunos instrumentos de evaluación que puede emplearse para evaluar a distancia.
Pruebas objetivas: plantean preguntas representativas de los contenidos a evaluar, claras y precisas, que requieren una elección entre una serie de alternativas o, en su caso, una respuesta breve. Se puede calificar en forma automatizada, se estructuran con reactivos acordes a los temas. Algunos tipos de preguntas de estas pruebas son: de opción múltiple, de ordenamiento, verdadero o falso, entre otras.
Proyectos: Se elabora un informe o proyecto relativo al tema que estudiaron, es muy útil para evaluar conocimientos integrados. Se establecen criterios claros y se compartan con los estudiantes.
Rúbricas: cuadros de doble entrada, que comprenden: 1. Indicadores: aspectos centrales de logro y valorativos. 2. Niveles de logro: excelente, muy bien, bien, regular. 3. Descriptores de logro: progresión desde niveles inferiores a superiores o viceversa.
Listas de cotejo: cuadros de doble entrada, en la columna izquierda aparece una lista de criterios (palabras, frases u oraciones) que describen con claridad las acciones, tareas, comportamientos, habilidades o actitudes a evaluar en el proceso de aprendizaje.
Preguntas intercaladas: se preparan previamente y se plantean durante la clase o sesión en línea.
Portafolios: colección de trabajos y evidencias de las actividades de los alumnos, observaciones y retroalimentaciones. Puede emplearse para evaluación sumativa durante un proceso (unidad, curso)
Mapas conceptuales: representan de forma esquemática la información acerca de un tema.
La retroalimentación permite explicitar los logros de los alumnos y evidencia la pertinencia de los métodos, estrategias y recursos para la enseñanza; implica analizar, sistematizar y comunicar los resultados de la evaluación, que los alumnos sepan sus logros de aprendizaje e identifiquen que facilitó u obstaculizó el proceso, para que hagan los ajustes necesarios.
Algunas sugerencias para retroalimentar a los estudiantes
Partir de las metas de aprendizaje y los criterios de evaluación; incluir en la planeación las actividades; expresarse con respeto, amabilidad y apertura; retroalimentar pronto para la mejora del aprendizaje; destacar los aspectos positivos e indagar qué generó el avance o resultado; propiciar que los estudiantes identifiquen sus fortalezas, dificultades y áreas de mejora; jerarquizar y elegir lo más significativo para mejorar el aprendizaje; ser claro en qué se espera del proceso.
Criterios generales de evaluación de los aprendizajes online
Participa en las actividades sincrónicas en el día y hora señalado; entrega a tiempo las tareas; si se retrasa trata de ponerse al día; sigue las indicaciones; respeta el orden; es propositivo; cumple como mínimo el 85% de las actividades; resuelve exitosamente las pruebas; presenta los trabajos con la calidad requerida en contenido y forma; aporta al aprendizaje colaborativo.
Referencias:
Barberà, E. (2006, Julio). Aportaciones de la tecnología a la e-Evaluación. RED. Revista de Educación a
Distancia. Consultado (11/08/2020) 2006, en http://www.um.es/ead/red/M6
Cárdenas S., F. A., Herrera T., N. E. (editores académicos) (2016) Aprendizaje y evaluación auténtica:
experiencias y perspectivas de aplicación. Bogotá: Universidad de la Salle. Clacso.
Quesada C., R. Evaluación del aprendizaje en la educación a distancia “en línea”. RED. Revista de Educación
a Distancia, número M6 (dedicado a la evaluación en entornos virtuales de aprendizaje) Consultado
(11/08/2020) en http://www.um.es/ead/red/M6
Santa Ana, El Salvador, 13 de agosto de 2020
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Jorge Ismael García Corleto es escritor, presidente de la Asociación GATO para las Artes y la Cultura, Licenciado en Psicología, Licenciado en Ciencias de la Educación, Master en Educación Superior y estudiante de tercer año de Doctorado en Educación; trabaja en la docencia en el Centro Escolar INSA y en la Facultad Multidisciplinaria de Occidente de la Universidad de El Salvador.
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