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domingo, 13 de febrero de 2022

EXTORSIONADORES CON PLACA

 

Ismael García C.

 

La noche del domingo 6 de febrero invitaba a descansar, a departir sanamente o salir a cenar, ante el retroceso de la delincuencia que informan las autoridades.  Sin embargo, cuando el día iniciaba como noche, tres abusadores con uniforme policial esperaban con las luces apagadas, al interior de un pickup oficial en una calle descuidada y solitaria sin iluminación nocturna, que conduce a una comunidad periférica. La patrulla avanzó sin luces tras de un automóvil que pasó hacia el cerro Santa Lucía, el conductor del automóvil y su esposa notaron que un vehículo venía detrás hasta que la patrulla prendió las luces, no se veía bien y pensó que los sobrepasarían, dobló a la izquierda y se estacionó frente a su domicilio. De la patrulla bajaron dos agentes masculinos y una femenina que lo acusaron de sospechoso por no respetar el alto, la esposa aclaró que estaban frente a su casa y le impidieron abrir para probarlo, el joven caminó para tocar puertas en busca de apoyo y como nadie abriera un pequeño bravucón lo golpeó, el joven se refugió al interior del carro y logró avisar por teléfono del atropello de que eran objeto.

De una casa vecina salió la madre del joven y vio que el policía de baja estatura y autoestima deteriorada golpeaba a su hijo -a quien le rasgó la camisa-, y se interpuso entre ellos para que ya no lo golpeara, le preguntó por qué derecho lo hacía y el psicópata uniformado se le abalanzó, casi arremete contra ella y respondió sobrado que podía golpear a quien quisiera. En eso llegó el padre del joven quien pidió detener la violencia en contra de la pareja, en un país que pretendía mejorar las condiciones de vida de la población y la convivencia pacífica y que la policía estaba para proteger a la ciudadanía honrada. El show de los policías desatados continuo, pero detuvieron los golpes.

Se hizo presente la hermana del joven, abogada y notaria de la república, quien atravesó la ciudad en su vehículo y fue tratada con menosprecio por llegar en ropa de dormir, se identificó con su carnet a requerimiento del policía que buscaba intimidarla por obstruir la justicia y ella le recordó que también era mujer y que la estaba ofendiendo, tras lo cual logró que el policía que cubría su oni con un abrigo no oficial lo mostrara brevemente.

En el espectáculo de prepotencia policial participaron otros seis elementos que se conducían en dos carros patrullas, entre ellos tres recaudadores de multas de tránsito. La jauría, abusando de recursos policiales, atropellaba a los desarmados, empeñados en probar que el joven estaba ebrio porque defendía sus derechos. Una de las ofendidas intentó grabar en el teléfono, pero un policía se lo arrebató y lo aventó al pavimento, luego lo recogió para revisarlo y borrar el video que registraba su abuso. Después para demostrar que él podía hacerlo le tomó video a la mujer y a sus suegros. 

Quienes deshonran el uniforme de la policía amenazaron a la familia con capturarlos por obstaculizar la justicia y que ellos podían empuñar su arma cuando quisieran, frustrados porque el joven dio negativo en cuatro pruebas de alcohotest que le hicieron. La presencia de los parientes y de una pareja de vecinos evitó que siguieran maltratándolo mientras le ponían las esposas y lo trasladaron en la cama de un pick una grúa se llevó el automóvil y retuvieron los documentos personales del detenido y los del vehículo para dificultar la recuperación del auto que iba con las ventanas abajo.

El capturado salió libre el martes 8, pues los abusadores no pudieron demostrar el delito, pese a que hasta obtuvieron orden de una jueza para hacerle prueba en sangre. Los ofendidos prestaron declaración en una unidad de Policía que se encarga del control de los procesos policiales a fin de alertar sobre los abusos en contra de la población laboriosa. El caso demuestra que los procedimientos y los procesos de cualquier otra índole son aligerados y expeditos a favor de los privilegiados y que hacen fraude procesal para afectar a las personas menesterosas, quienes deben pagar extorsión a los malvivientes institucionales o son vejados con harto abuso, incluso sembrando pruebas, y dentro de las bartolinas atestadas de focos de infección y ratas, les niegan la comida, la ropa y los enseres de limpieza que las familias de los detenidos pagan y les roban sus pertenencias incluyendo sus ropas y calzado.

Los habitantes de las comunidades de nivel medio y más aún las carenciadas, son amedrentados con hechos de abuso, sufren de indefensión, en medio de una maraña de corrupción y una cadena de acontecimientos que afectan sus vidas, su seguridad y sus proyectos de una vida mejor, en paz con las personas de bien. 

Se requiere que los integrantes del cuerpo policial actúen éticamente en el cumplimiento riguroso de las obligaciones institucionales, su conducta debe estar orientada al cumplimiento del deber con apego a la recta razón y la moralidad. La sociedad entiende y espera que la Policía se encargue de velar por el ordenamiento y la seguridad de los ciudadanos. Para su integridad como cuerpo y como personas, cada uno de ellos debe comportarse en apego a las normas de conducta que deben aplicar los encargados de velar por el mantenimiento del orden público, de tal manera que los elementos no actúen divorciados del cuerpo policial, pues deben trabajar profesionalmente unidos, con imparcialidad, para ser dignos de portar el uniforme en servicio a la nación.

El policía de todo nivel debe ser fiel y respetar a la institución y al estado, a las autoridades legales y reglamentarias, a las leyes y reglamentos, en bien de la ciudadanía. El policía debe evitar y prevenir la violencia, portar el uniforme correctamente y actuar pronto protegiendo a los ciudadanos contra la violencia, robos y otros actos predatorios. Se gana la confianza apegado a las leyes, y a la ética en situaciones concretas. Quien toma conciencia de la responsabilidad de sus actos se apega a las leyes y las normas, es operativo al efectuar las acciones correctas en tiempo y forma. El funcionario público debe actuar con profesionalismo y honradez en el cumplimiento del deber, apegado a las leyes y tratados internacionales, sin dilación, con corrección y sin menospreciar a nadie. En cambio, el policía corrupto se aprovecha de la oscuridad, del ocultamiento, de la fuerza, de la intimidación y de la indefensión de sus víctimas para beneficio personal.

Falta dar pasos concretos en contra de la corrupción y la impunidad, el respeto a los derechos humanos, leyes y reglamentos justos y procedimientos correctos, fomentar y difundir el respeto hacia las personas honradas, quienes sostienen la economía nacional.

 

Santa Ana, El Salvador, 13 de febrero de 2022.

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Jorge Ismael García Corleto es escritor, preside la Asociación GATO para las Artes y la Cultura, licenciado en Psicología, licenciado en Educación, master en Educación Superior; y egresado de doctorado en educación.

martes, 1 de febrero de 2022

EN EL PUNTO DE PARTIDA DEL AÑO LECTIVO 2022

 

Ismael García C.

 

En dos años de pandemia Covid-19, hemos experimentado zozobra e incertidumbre, una amenaza real que cobra millones de vidas humanas, que afecta la subsistencia, que exige asumir nuevas formas de convivencia humana -prudente y responsable-, para aprender a vivir con los riesgos. Pero también hemos mantenido y nos ha sostenido la esperanza.

Ha sido necesario transitar hacia nuevas formas de aprendizaje y de actuación social y laboral. El uso de las herramientas virtuales ha permitido continuar los procesos educativos, lo que significa la posibilidad de ampliar los horizontes educativos al afrontar los nuevos retos, observando a la vez las limitaciones que esta modalidad de educación virtual implica en el desarrollo socioemocional y académico de los estudiantes, lo que afecta los procesos formativos.

En el afán de avanzar hacia la normalización y fortalecer los procesos de aprendizaje integral y de calidad del estudiantado es oportuno insistir en una labor académica que integre a la mayor parte del estudiantado en la actividad presencial, dejando un 40% de la labor de enseñanza en clases o actividades virtuales.

Las experiencias objetivas y las necesidades socioemocionales y académicas dejan en claro que el retorno a las aulas de forma presencial posibilita una mayor profundización de los aprendizajes, una recuperación de hábitos de estudio-trabajo, y la revitalización en muchos de ellos de las habilidades socioemocionales que la virtualidad ha deteriorado.

Aun y cuando no se cumplan las condiciones a que apunta el párrafo anterior, la idea es seguir formando al estudiantado con mayor calidad desde una propuesta semipresencial, en un ambiente acondicionado, en función de aportar al cuidado de la bioseguridad de tal manera que podamos superar como comunidad educativa, el reto global que la pandemia impone. Debemos preparar las condiciones necesarias para un retorno seguro de la comunidad educativa. Dicha tarea es una responsabilidad compartida y significará un trabajo conjunto entre familias y centro que posibilite calificar la educación.

La apertura mental y la escucha activa de las necesidades de los integrantes de la comunidad educativa en relación con la educación es clave para ejercer un liderazgo competente y en consonancia con la realidad actual.  A la vez, cada integrante de la comunidad educativa debe asumir proactivamente su papel en la gestión, puesto que ante circunstancias que obligan a transformarnos y a transformar nuestras prácticas es necesario poner atención a las personas, aplicar enfoques inclusivos y abiertos, aprender, formarse más y lograr un avance en la comunicación.

 

Santa Ana, El Salvador, 28 de enero de 2021.

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Jorge Ismael García Corleto es escritor, preside la Asociación GATO para las Artes y la Cultura, licenciado en Psicología, licenciado en Educación, master en Educación Superior; y egresado de doctorado en educación.