Ismael
García C.
Hay quienes se burlan y aprovechan de la
necesidad de los que carecen de los recursos suficientes para garantizar su independencia
personal y tener un nivel mínimo de sustento. Uno de los sectores laborales más
golpeados y abusados por los que trafican con el hambre ajena es el de aquellos
que ejercen labores docentes.
Los maestros españoles en el siglo XIX
pasaron por una mísera situación económica debido a la baja retribución y a que
los alcaldes incumplían en pagar a los maestros, quedando muchas veces su
manutención a la voluntad de los padres de sus alumnos, siendo frecuente que
pasaran hambre e incluso hubo muertes por inanición. Algunos docentes
maltratados denunciaban heroicamente por escrito su situación en la prensa
especializada, y hubo quienes se hicieron editores arriesgando su propio
patrimonio.
La educación es importante para el
desarrollo de una sociedad y de la niñez, sin embargo, la docencia es
subestimada y mal pagada, y la educación se ve afectada a consecuencia del
deterioro extremo de las infraestructuras educativas, pues los países no
reconocen la importancia de la profesión docente, negando los medios económicos
y estructurales necesarios para el sistema educativo, lo cual desmotiva, afecta
la autoestima profesional docente y se pierde un capital humano para la
educación. Por el contrario, es necesario dignificar al magisterio con salarios
justos y entornos laborales adecuados, pues, con escasas excepciones, el
salario de los maestros de educación inicial, primaria y secundaria es de los
más bajos en el mundo, aun si tienen plaza costeada por el Mined. Pero la
situación es más precaria si el docente depende solo de horas clase o peor aún
si cae en manos de explotadores de colegios privados.
En el año 2014, el papa Francisco se
encontraba reunido con miembros de la Unión Católica de Maestros de Italia
(UCIIM), en el Vaticano y, en referencia a las condiciones laborales de los
docentes, estimó que enseñar es un trabajo bellísimo, lástima que los
profesores están mal pagados, no solo es el tiempo que destinan para crear la
escuela, sino que deben prepararse, pensar en cada uno de los alumnos, en cómo
ayudarles a continuar hacia delante. Es una injusticia, y los profesores, para
tener un sueldo adecuado, deben al menos hacer dos turnos.
El papa resaltó la necesidad de formar
educadores capaces de dar un sentido a la escuela, al estudio y a la cultura,
sin reducir todo a la simple transmisión de conocimientos técnicos sino
tratando de construir una relación educativa con cada estudiante, que debe
sentirse acogido por lo que es, con sus límites y virtudes. Explicó que en una
sociedad a la que le cuesta encontrar referentes, es necesario que los jóvenes
encuentren en la escuela un ejemplo positivo y recalcó la importancia de los
docentes en el aula para transmitir los valores humanos inmersos en la
educación y el ejercicio docente con la solidaridad y la construcción de
comunidad. Además, consideró que los docentes están abiertos al futuro, porque
hay siempre nuevas generaciones de jóvenes a los que transmitir el patrimonio
de conocimientos y de valores.
La labor de los docentes efectivos y comprometidos
con la educación impacta la vida de la niñez y es fundamental para el
desarrollo social, cívico y económico de un país, pero siguen retribuyéndolo
mal, ante lo cual es fundamental mejorar la legislación y asegurar mejores
condiciones laborales y remuneraciones, estimulando a que los mejores docentes
sigan en los centros y que los estudiantes talentosos se interesen en la
docencia. La mayoría de los profesores trabajan más de una jornada laboral
completa. El tiempo asignado por ley para preparar sus clases es insuficiente,
y dedican parte de su tiempo libre a actividades laborales no remuneradas.
En segundo lugar, los salarios de los
profesores son mucho menores a los de otras profesiones de similares
características y la estructura de remuneración es casi plana, por lo que
aunque se cualifique ganará casi lo mismo durante toda su vida profesional. Además, su labor es sumamente compleja:
lograr que la niñez comprenda un contenido requiere muchos conocimientos,
metodologías y habilidades, y motivar a 40 o más estudiantes a la vez, implica
una carga emocional e intelectual para el docente.
En Panorama de la educación 2017 Indicadores
de la OCDE, de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico,
se refiere que el estatus de un profesor es tan importante como el salario que
gane, dependiendo de la cultura de la sociedad. Los países asiáticos como
China, Singapur, Corea del Sur o Taiwan, cultivan un gran respeto por sus
mayores y por sus docentes. En Europa, Finlandia es el país con la mejor
educación del mundo, pues no solo se preocupan por su salario, sino también por
su estatus; ser maestro en este país no es fácil, pero el maestro se diferencia
de sus colegas del resto del mundo por su gran maestría.
Según el Plan Nacional de Formación de
Docentes en Servicio en el Sector Público, impulsado por el Ministerio de
Educación en el 2014, había “más de 44,000 maestros habilitados legalmente
para ejercer la docencia sin asignación a una escuela”.
Según el Informe sobre Desarrollo Humano de
El Salvador del año 2010, y las estimaciones realizadas por el mismo MINED,
para lograr las metas del Plan Nacional de Educación 2021 y de los Objetivos de
Desarrollo del Milenio (ODM), El Salvador debe aumentar el gasto público en
educación por lo menos al 5% del PIB.
Los centros escolares no cuentan con
profesionales en todas las especialidades curriculares y, en algunos, casi
todos los profesores son de la misma
especialidad. A un profesor sin dominio disciplinario se le dificulta enseñar a
los estudiantes amén de que se perjudica su aprendizaje, peor aún si desconoce
la pedagogía y la didáctica, obstaculizando que los estudiantes desarrollen sus
habilidades y desmotivándolos.
La actualización docente con sobrecarga
académica que no disminuye y la planificación de la clase y de recursos para el
currículo oficial se dificulta al atender tareas adicionales, cuando además se
tiene que comprar materiales del bolsillo del docente, si los fondos del Mined
no son bien administrados, y todo lo no resuelto por el Mined acarrea al
sistema público una pésima imagen y numerosas críticas, que generalmente recaen
sobre el personal docente.
Finalmente cabe preguntarse: ¿Dignificará a
los administradores económico-financieros de los centros escolares públicos
prometer interinatos a los docentes éticos que trabajan bien y que son
exclusivamente hora clase y después sin ninguna razón de peso asignárselos a
otros?
Santa Ana, El
Salvador, 14 de enero de 2019.
……………………
Jorge
Ismael García Corleto es escritor, presidente de la Asociación GATO para las
Artes y la Cultura, licenciado en Psicología, y en Educación y master en
Educación Superior; trabaja en la docencia en el Centro Escolar INSA y en la
Facultad Multidisciplinaria de Occidente de la Universidad de El Salvador, en
Santa Ana.
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