CARTA AL CHE GUEVARA
A CINCUENTA AÑOS DE SU ASESINATO
Ernesto Guevara de la Serna, nos dirigimos a ti, que
naciste en Argentina, en tu calidad de estudiante dedicado, de viajero en
motocicleta por tierras latinoamericanas y centroamericanas, de médico altruista,
de ávido lector, de escritor y de poeta, de
reportero para agencias de noticias, dispuesto a dejar apuntes de su realidad,
no solo en lo político sino también en los deportes y la cultura, de internacionalista,
de arriesgado guerrillero, de trabajador, de ministro cabal, de indomable
revolucionario, de eterno comandante.
Nos dirigimos a ti, Che, que fuiste mundialmente conocido
por tu austeridad, disciplina y desinterés en los privilegios, poseedor de una
juventud fijada para siempre en imágenes físicas y virtuales y en la memoria de
los seres humanos que creen en la humanidad por encima de la ambición, de la
posesión de riquezas materiales a través del saqueo y demás formas bárbaras de
aprovechamiento del hombre por el hombre.
Recordamos que enfrentaste heroicamente la muerte honrosa
tras la última persecución multinacional de un enemigo muy numeroso y con
cuantiosos recursos, fuiste herido por las balas disparadas por las manos de
los malos hijos de Latinoamérica que trabajaban como esbirros de los oligarcas
y de los gobiernos serviles al imperialismo más ominoso y guerrerista del
planeta, el cual beneficia hasta ahora a los pocos que están más podridamente
millonarios y que están acabando con los recursos naturales.
Dejaron parte de tus restos mortales en la tierra de
Bolivia, y quisieron borrarte de la memoria histórica, espantando con los más
sanguinarios y enfermos actos violentos, apoyados en multimillonarias campañas
mediáticas que presentan como obsoletos y terroristas a quienes luchan por la
igualdad de oportunidades en un continente y en un mundo tan estratificado,
mientras maquillan y disfrazan de superhéroes a sus mercenarios, sus asesinos a
sueldo, así ocultan sus oscuras intenciones y sus abyectos procedimientos para
aniquilar a los humanistas.
Hoy, a cincuenta años de tu siembra, venimos a recordar
tu labor y tu gran talante, agradecidos y orgullosos de tu entrega, con la
libertad que nos brindan las artes literarias de tal manera que nos permite
expresarnos henchidos de emoción y sin que quepa duda sobre la postura
ideológica que nos sustenta, que vale la pena emularte, especialmente en el
compromiso social que asumiste por la causa libertaria a favor de todos los
pueblos oprimidos del mundo, en el camino que trazaron Simón Bolívar y José
Martí.
Hay muchos que te imitan mal, que te toman como icono en
sus atuendos y citando frases que tus expresabas y que en vez de actuar con la
independencia identitaria que también se necesita para identificarse con
nuestra América y con los aportes culturales en todos los órdenes que le han
hecho y le hemos hecho a la identidad latinoamericana de cara a un mundo que
enfrenta las nuevas formas del colonialismo, se vuelven un híbrido ecléctico de
imágenes, modas y teorías cual venta ocasional de souvenirs.
Nuestras palabras no muy bien reflejan estas ideas que
muchos otros grandes pensadores antes que nosotros ya expresaron, pero no
quisimos faltar a esta cita en tu honor, desde la lejanía física y a la
distancia de décadas, para expresarte la admiración que por ti sentimos, el
dolor inmenso de que nuestros pueblos aún tengan mucho que caminar para vencer
la detentación del hombre por el hombre, en sus múltiples formas, desde los
embelesos aparentemente más inofensivo, el consumismo desmedido, los
estupefacientes más poderosos, la usura, el chantaje y las extorsiones, los
bloqueos económicos, los cercos mediáticos y militares, la confinación en
territorios sin acceso a recursos, los encarcelamiento, las desapariciones y el
asesinato de quienes defienden sus derechos, la desestabilización de los
gobiernos que no les rinden vasallaje, la invasión mediante coaliciones
militares apoyadas por la OTAN, la instrumentación de organismos
internacionales como la ONU, la unión europea y la OEA.
Aquí seguimos, dispuestos a seguir el camino de los
cambios revolucionarios, convencidos de que la historia no se hace rumiándola
desde la voz de los conquistadores y de los vencedores, sino desde los
esfuerzos y planteamientos descolonizadores de aquellos que comprenden que no
solo no se gana aquella lucha que no se hace, sino que tampoco se puede
triunfar sin un plan de acción común, sin estrategias que nos unifiquen para ejecutar
tácticas propicias al terreno en que nos toque luchar, ya sea este ideológico,
político, económico, ambiental o social.
Dispuestos a seguir en tu memoria y en memoria de todos
los que murieron combatiendo y anhelando el cambio, que también han muerto y
siguen muriendo millones de personas en el planeta que no cuentan con seguridad
económica, social ni sanitaria y que hoy enfrentan, además, la construcción de muros fronterizos, para
evitar su migración en búsqueda de oportunidades mínimas de supervivencia,
después de verse afectados por la exclusión social, la discriminación de toda
índole, las hambrunas, las guerras y la violencia desmedida que diezma a la
población en números que crecen día a día.
A ti que llegaste a ser declarado cubano por nacimiento,
desde El Salvador te decimos que la ola de
justicia reclamada a la que tú te referías en la ONU, el 11 de noviembre de
1964 sigue avanzando pese a que en el camino encuentre todo tipo de obstáculos,
y que hay millones de latinoamericanos y caribeños cansados de las continuas afrentas
que sufren los intentos democráticos de solventar las necesidades reales de la
población.
Cuando tú anticipaste lo que ocurriría
debiste alejarte de tu familia, cambiar tu identidad para evadir los controles
del imperialismo e impulsar la lucha hasta ser acorralado en la quebrada del
Yuro y morir ante las balas de quienes mandaron a matarte y te asesinaron sin
darte la oportunidad de defenderte ante los tribunales de justicia por muy
pocas expectativas de triunfar en el plano legal, que está diseñado para uso y
beneficio de los gobiernos dictatoriales de turno en América Latina.
Convencidos de que este homenaje
merecido no te lo damos solo quien escribe y otros gatos, y esperando que los
políticos que se supone que nos representan piensen y actúen con toda
honestidad y transparencia en beneficio de la patria y por obvio que suene: de
su población; conscientes de que el enemigo es el imperialismo, sus ideólogos,
sus leyes, sus instituciones, sus instrumentos y sus incondicionales esbirros, también
nosotros con Fidel te decimos: ¡Hasta siempre, comandante!
Santa Ana, El
Salvador, lunes 9 de octubre de 2017.
……………………
Jorge Ismael García
Corleto es escritor, presidente de la Asociación GATO para las Artes y la
Cultura, licenciado en Psicología, y en Educación y master en Educación
Superior; trabaja en la docencia en el Centro Escolar INSA y en la Facultad
Multidisciplinaria de Occidente de la Universidad de El Salvador, en Santa Ana.
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