Ismael García C.
Hoy es
la graduación de quienes sufrieron el impacto de la pandemia Covid 19 en el año
2020. La historia recordará estos acontecimientos que aún no están plenamente superados.
El profesorado se vio obligado a actualizarse en la modalidad de enseñanza
virtual y tuvieron que atender clases y consultas que llegaban incluso en días
y horas de descanso, más aún que nunca. La pandemia se cobró la vida de más de
algún docente o bien hubo compañeros que perdieron a más de alguno de sus seres
queridos.
Durante
casi tres años hemos sostenido el proceso educativo trabajado en la virtualidad,
hemos vivido mucho estrés y competencia, de trabajo y esfuerzo, pero
sobrevivimos unidos. Las personas que abrazan la noble profesión del magisterio
dedican gran parte de su vida a guiar hacia el aprendizaje, el profesorado:
hombres y mujeres sirven y se nutren en la experiencia educativa. Los colegas y amigos tienen el objetivo común de ponerse
al ser vicio de los aprendizajes de los estudiantes.
Nuestra
labor ha sido incierta, muchas veces desprovistos de los recursos necesarios y
abundantes en obstáculos y tareas por cumplir. Debemos reconocer a los
múltiples agentes que intervinieron para hacer posible esta graduación
histórica que ahora celebramos, orientamos nuestras capacidades y habilidades a
trabajar e impulsar estudio y aprendizaje colaborativo con una perspectiva
humanista y ética. Nos hemos esforzado constantemente para superar retos y
obstáculos enfrentados en las aulas, talleres y laboratorios físicos o las
redes virtuales. Juntos caminamos hacia la meta.
Muchas
gracias a los profesores por su compromiso con la educación ya que a través de
sus enseñanzas tanto éticas como vivenciales han contribuido a la continuidad
educativa. Si bien nos encontramos ante un entorno global cada vez más complejo
y competitivo. Muchas gracias a los profesores por su compromiso con la
educación, pues mediante sus enseñanzas acompañadas de modelaje ético y
experiencia, han trabajado el proceso formativo en condiciones de amenaza a la
salud y a la economía, en un entorno global cada vez más complejo y
competitivo. No permitan que los comentarios negativos los desalienten ya proyectan
frustración ajena. Vivimos en una época en la que se generaliza el pensamiento
negativo, que descalifica, en lugar de magnificar todos los elementos positivos
disponibles para explotar y cambiar nuestras circunstancias.
Hemos
cumplido la meta trazada para la generación que ahora se gradúa. El mundo real
espera que sean los nuevos profesionales de la patria. El título que ahora
reciben debe ser dignificado con sus acciones. Más allá de los promedios
sobresalientes, las firmas y los sellos, deberán acreditarlos sus capacidades,
sus actos éticos y responsables.
Las
circunstancias adversas han hecho que echemos de menos la socialización y los
hábitos que se forman en la clase presencial. La humildad facilita aprender constantemente,
formando éticamente, modelando con nuestra docencia. Como profesionales somos
privilegiados y nos honra trabajar para la sociedad desde el campo educativo
con nuestros mejores esfuerzos, siendo protagónicos en la construcción de un
país mejor, pese a las dificultades. Los maestros somos responsables de
compartir los conocimientos recibidos y de aprender mucho más, solo de esta
manera seguiremos a flote en una sociedad cada vez más competitiva, un mundo
cruel donde solo los fuertes sobreviven. Ante ello no queda más que seguir
siendo agentes de cambio social.
Sigamos
orgullosos de ser educadores y trabajar en la formación destinada a hacer el
bien. Los jóvenes bachilleres deberán aplicarse a la profesión u oficio que les
apasione y convertirlo además en un estilo de vida que les permita ser felices
y compartir felicidad, para esto deberá enfrentar riesgos y superar el temor de
caer, de fallar, ya está derrotado quien no lo intenta. Deberán ser ciudadanos que
exploran, sueñan y construyen una sociedad, una humanidad más justa y
fraternal, un mundo mejor, planificar un gran futuro, con amor y dedicación, y
cosechar frutos y logros, cumpliendo un proyecto de vida que reclama actitudes
pro-sociales y sentimientos elevados.
Siéntanse
orgullosos familia INSA porque estos nuevos bachilleres forman parte del grupo
privilegiado de estudiantes que han tenido la oportunidad de egresar de uno de
las mejores instituciones educativas del país. Atesoren este momento único y recuérdenlo en situaciones en las
que duden de su capacidad. Sustituyamos los pensamientos negativos por sueños
que reflejen nuestros ideales y que nos comprometamos a cumplirlos de manera
progresiva maximizando los recursos disponibles.
Santa Ana, El Salvador, 23 de noviembre de 2022.
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Jorge Ismael García
Corleto es escritor, preside la Asociación GATO para las Artes y la Cultura,
licenciado en Psicología, licenciado en Educación, master en Educación
Superior; y egresado de doctorado en educación. Trabaja en el Centro Escolar
INSA y en la Universidad de El Salvador.